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"Los héroes olvidados: Olímpicos asesinados en Auschwitz y el atleta que liberó el campo de la muerte" | Marca

El 27 de enero se conmemora el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto, en homenaje a aquellos que sufrieron a manos del III Reich y del nacionalsocialismo alemán en su ambición por dominar el mundo —un objetivo a largo plazo que fue ideado por Adolf Hitler—. Este día también sirve como un recordatorio de la crucial importancia de combatir toda forma de intolerancia y discriminación. Este año adquiere una relevancia particular, ya que se celebra el LXXX aniversario de la liberación de Auschwitz, emblemático símbolo de los campos de exterminio nazi, considerado el más 'eficiente' en términos de asesinato masivo. Sin embargo, podría argumentarse que era un campo 'privilegiado', puesto que al menos algunos prisioneros eran mantenidos con vida temporalmente, ya que eran considerados útiles para el trabajo esclavo.

Otros campos, como Treblinka o Sobibor, estaban diseñados exclusivamente para asesinar directamente a los infortunados que llegaban allí. Auschwitz, en la Polonia conquistada por Alemania era, como decimos, un campo, ‘perfecto’, centro neurálgico de un enorme complejo industrial (en el que participaban empresas aún existentes) atendido por los trabajadores esclavos internos en el campo. Los que llegaban y no eran aptos eran directamente asesinados en el ‘anexo’ de Birkenau. Suele asociarse al Holocausto la cifra de seis millones de víctimas. No es exacto: esa fue solamente la correspondiente al genocidio contra el pueblo judío, que a su vez fue sólo una de las partes del Holocausto, aunque la más importante. En realidad, los crímenes contra la humanidad del III Reich causaron -guerra al margen- cerca de 17 millones de víctimas en los 12 años en que el NSDAP mantuvo el poder (1933-45) aunque, evidentemente, la mayor parte en el periodo de la II Guerra Mundial. 

Entre las víctimas estaban los judíos, por supuesto y como objetivo fundamental, pero también todos los eslavos que ‘sobrasen’ en los planes coloniales hitlerianos (el plan pasaba por el exterminio del 85% de la poblacion polaca y el 65% de la ruso-ucraniana, con especial atención a quien tuviera un cierto nivel de instrucción), los gitanos, los discapacitados y todo tipo de opositores, de comunistas a ‘intelectuales’, alemanes no nazis y, en general, todas aquellas personas que no entrasen en sus estándares raciales, sociales o politicos. Y también deben sumarse los crímenes que los aliados del III Reich cometieron con su concurso intentando, también, establecer un nuevo orden a su antojo: los croatas de Ante Pavelic masacraron a unas 600.000 personas, sobre todo serbios.